miércoles, 10 de diciembre de 2008

Lo más difícil para las empresas es perdurar en el tiempo

Dos peligros acechan a cualquier empresa:

1.- Carecer de Identidad y Encanto.
2.- Estancarse.



Primer Peligro.



La identidad corresponde a asociar un negocio, productos y servicios a ciertos códigos o valores empresariales. Esta identidad define la filosofía del negocio, la lógica del negocio, el estilo, los códigos y su coherencia. Esto significa distinguir quién compra mi producto. Más allá de cualquier cosa esto significa comprometerse a hacer sentir emociones a determinado grupo de personas. ¡No olvidemos que somos seres humanos! ¡Somos mamíferos que cuando nacemos tomamos pecho muchas veces hasta el año de vida! Nuestra naturaleza es animal: Poseemos sentimientos. Frente a esto: ¿Qué sentimientos provoca su negocio? ¿Quiere que las personas se sientan aceptadas, que las personas se sientan únicas, que las personas se sientan comprendidas? Esto no significa que usted tiene que estudiar psicología o algo así, solamente piense en usted mismo, qué le agrada, cómo le gusta que lo traten, etc. Piense que su negocio entrega algo y eso tiene que ver con algo que alguien valora, si nadie lo valorara, su negocio no existiría?

La identidad de un negocio corresponde a cómo se percibe. Todos los seres humanos poseemos percepción; la percepción es una impresión de las cosas que nos rodean. De acuerdo a nuestras experiencias, motivaciones y gustos todos sentimos y apreciamos de cierto modo. Para alcanzar el éxito de su empresa usted debe apuntar a dar en el gusto al grupo de personas que compran sus productos y/o servicios.

Actualmente, encantar y seducir a las personas es, cada vez más, un negocio más encauzado. Cada persona tiene gustos, preferencias y anhelos más claros. Mientras su negocio esté más orientado a encantar satisfaciendo un determinado gusto, más identidad y éxito tendrá.

Cada empresa es capaz de reencontrar su libertad de maniobrar y acceder a la añorada posición de líder. En lugar de seguir las tradicionales normas: analice a sus clientes, piense que son niños y ¡Cree nuevas reglas que los complazca y los haga felices!

Las nuevas normas deben ser directamente proporcionales a la identidad de sus clientes. Al crear o reinventar su empresa lo primero que debe pensar es en aquellas personas que compran sus productos. Quizá usted nunca hizo este análisis anteriormente, pero las personas que compran lo que usted vende, independientemente que usted lo haya planeado así, son su mercado. Estas personas encontraron algo atractivo o útil en su negocio y detrás de eso hay, indudablemente, un concepto.

Del encanto se desprende la filosofía empresarial, la sensación que se desea entregar, lo que se desea provocar. Claramente lo que se desea hacer sentir se define en la medida que conozco las personas conforman mi mercado. Esto se resume en la siguiente frase: Lo que valora la empresa es lo que valoran sus clientes y viceversa.

Usted más allá de vender su producto, vende un gusto, una emoción, una sensación, una proyección, un anhelo, un sueño cumplido. Su negocio debe encantar a un grupo de personas de iguales anhelos y preferencias a la hora de comprar un producto o servicio.






Segundo Peligro.



Lo más sensato es asumir que un negocio evoluciona continuamente. Existe un incesante movimiento en su negocio que conlleva una permanente evolución y por tanto un continuo crecimiento. Una empresa es similar a un hijo, el hijo nace y comienza a crecer inmediatamente, es un proceso natural e irremediable, no tiene marcha atrás. Lo único que queda por hacer es dejarlo crecer. Los padres tienen como misión orientarlo, guiarlo, pero quizá una de las cosas más importantes que un padre aprende con el hijo es que éste aprende y crece todos los días, frente a esto lo más honesto es adaptarse a esta idea y ayudarlo en su proceso normal como ser humano. Quizás muchos padres querrían quedarse en la etapa "más adorable" que es cuando nacen, que es donde se tiene mayor control sobre ellos, la mamá los carga y los lleva para todos lados, pero esto es solo un tiempo: usted no es dueño de su hijo, su hijo es dueño de sí mismo. Llevado al plano empresarial: usted no es dueño de su empresa, ésta pertenece a un grupo de personas que compra, mercado el cual quizá usted eligió pero vaya a saber si seguirá siendo el mismo o no, usted sólo debe guiar su negocio, orientarlo de acuerdo a lo que el consumidor requiere. Los conceptos claves son desapego y observación. La palabra desapego es un poco engañosa, significa desafecto y frialdad, sin embargo, ¿Cómo puedo hacer que funcione algo si me dejo llevar sólo por las pasiones? El desapego es un modo de llegar a la objetividad; Si usted no es objetivo, puede echar a perder cualquier empresa. Se debe tener claro que su negocio está al servicio de las personas, las personas mandan, ellas deciden lo que quieren y usted debe poner su negocio al servicio de las personas.






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